HOTEL ARMONIA DE INSECTOS
Hoy he traído a mi Amada a este Hotel “Armonía de Insectos” para hacer de una vez por todas Sexo. Ella no sabe de la misa a la media, nunca mejor dicho: de la mitad de la cintura a los pies; pues ella quiere llegar virgen al matrimonio que, por narices, tiene que ser en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, en Burgos, en un orificio que hicieron los moros durante su asalta a él, en el tiempo de Maricastaña
Yo vengo excitado e irritado porque su materia viva del bajo vientre no manifiesta su capacidad de reaccionar como flor carnívora que es.
-Qué mejor que hacerlo aquí, amada mía, coño amado, en este Hotel “Armonía de Insectos” que reúne las condiciones ambientales e internas que actúan como estímulos; le digo yo.
Ella me dice:
-Es que tengo miedo. Eso de reproducir otro ser vivo semejante a nosotros mismos me da repelús. Nuestra reproducción será más agónica que otra cosa, y nuestros órganos sexuales no están especializados como el de los animales. Nuestro proceso de fecundación es de traca.
-Pero tenemos que hacerlo sí o sí.
Entonces le enseñé el miembro antes de entrar en el “Armonía de Insectos”; y seguí diciéndole:
-Mira que ser mecánico luminoso químico eléctrico. Tú no tienes que hacer nada; más que abrirte de piernas, y reaccionar como la Naturaleza te pide produciendo secreción, luz, electricidad de amor. Hasta puedes responder de manera diferente a mi estímulo, dejándome entrar por detrás.
--Y de nuestra boda ¿qué?, me contestó ella.
-Nuestra boda se hará como tú quieres en el Monasterio de san Pedro de Cardeña, aunque sea soporífera. Pero tenemos que superar el umbral del Hotel haciendo Sexo, alcanzando un grado de intensidad superlativo.
-Bueno, cariñó, hagámoslo, aunque ya sabes que me atraes, pero lo de hacer Sexo me parece repulsivo.
-No temas, Amor. Los botánicos estarán contentos de nuestra orientación. Ya has visto que no nos ha costado nada desplazarnos hasta aquí, pues substancialmente nuestras células animales están acordes con los movimientos que vamos a hacer. Y tu respuesta es obligada, máxime que, como ves, ya ha brotado de la punta del capullo un Polymastix de espermatozoo.
Ella reaccionó bien, y exclamó:
-Es digno de ver.
Ya dentro del Hotel, debajo de unas tejas, hicimos el Amor. El conserje que nos vio a través de un móvil que un escolar había metido en un agujero, que era un Tunicado, nos dijo, antes de salir del Hotel, que parecíamos enlazados como Hydra Oligactis en gemación celentérea, o ejemplo de regeneración planaria.
Para terminar, deciros que yo soy Alytes Obstetricans, macho con huevos; y ella, Pipa americana, con embriones en las bolsas dorsales, y que invitamos a nuestra boda al conserje, que era un Triturus cristatus, con librea nupcial nada menos.
Pipa le dijo:
-Tú nos tendrás que casar.
Yo le dije:
-Ese día te regalaré un huevo.